Hoy, con motivo de la super luna, rescato, para la memoria de algunos, que ya lo conocían, y presento, para los nuevos, este poema que escribí para El Poney Pisador hace ya 8 años. Hay que ver cómo pasa el tiempo.

¡Oh! ¡Bella luz de Valinor!
¡Cómo iluminaste mi sendero!
pues nunca mi barca la Luna
desvió su paradero.
Hasta que un día cruzó
una fría noche de Enero
las hermosas Tierras de Bree.
Aquella noche dichosa
un aroma subió hasta mí
de una cerveza espumosa
y tan oscuro su color era
que dejando atrás la Luna ociosa
tuve que bajar a beber.
Así pues, desvié mi destino
y abandoné mi deber.
¡Oh! ¡Bella luz de Valinor!
perdona mi acontecer
por entrar al Poney Pisador.

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