Puedo tocar mis canciones sin parar hasta que salga el sol del nuevo día. Puedo entrar por una misteriosa puerta secreta que me lleve hasta el didgeridoo y más allá. Puedo acabar yo sólo con una epidemia de tifus sin despeinarme las greñas. Puedo capturar koalas, canguros y zarigüeyas y tener por furgoneta el arca de Noé. Puedo lanzar una llamarada sobre el escenario que haría palidecer el maquillaje negro de Gene Simmons. 
Puedo hacer todo eso y no pasa nada.
Pero si tú no estás ahí, nena, si tu no estás conmigo en esos momentos… ¿de qué me sirve tocar mis canciones para nadie si las he compuesto para ti? ¿De qué me sirve traspasar fronteras infinitas, en busca de un mágico objeto, si la única magia que deseo está en tus ojos? ¿De qué me sirve curar a la gente si yo caigo enfermo cuando tú no estás a mi lado? ¿De qué me sirve construir un arca si tú no vas a estar en ella? Y para terminar, ¿cómo podré escupir fuego si el fuego que llevo dentro se enciende porque tú estás a mi lado, nena?
Puedo hacer todo eso contigo, y entonces si que pasa algo, pasa TODO. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *